Los Arcontes son seres divinos de inmenso poder que gobiernan las siete naciones de Teyvat. Cada Arconte está asociado con uno de los siete elementos del mundo: Anemo (Viento), Geo (Tierra), Electro (Eléctrico), Dendro (Naturaleza), Hydro (Agua), Pyro (Fuego) y Cryo (Hielo). Son figuras reverenciadas y adoradas por sus respectivas naciones como líderes y protectores.
Barbatos
Barbatos, el viento que gobierna Mondstadt, personifica la libertad y la vitalidad. Su presencia trae consuelo y alegría a nuestra ciudad, ya que utiliza su dominio sobre el viento para protegernos y proporcionarnos un refugio de calma. Barbatos, a veces conocido como Venti, es más que un simple gobernante: es un amigo que guía con su energía positiva y su habilidad para dominar el viento. Su sabiduría oculta sugiere que hay mucho más en nuestro mundo de lo que vemos a simple vista. Barbatos nos recuerda que la libertad es valiosa y que incluso la brisa más suave puede llevar un poder inmenso.
Morax
Morax, el Arconte de la Tierra en Liyue, personifica la estabilidad y la prosperidad. Su presencia imparte fortaleza y determinación a nuestra nación, usando su control sobre la tierra para dar forma a nuestras vidas y asegurar el crecimiento continuo. Morax, a veces llamado el Geo Arconte, va más allá de ser un simple líder: es un guardián que guía con su fuerza serena y su habilidad para moldear la tierra. Su profunda comprensión sugiere que el equilibrio del mundo va más allá de lo que percibimos. Morax nos recuerda que la estabilidad es preciosa y que incluso la tierra más firme puede ocultar poderosos secretos.
Beelzebul y Baal
Beelzebul, conocida como Raiden Ei, también conocida como la Shogun del Trueno, personifica la autoridad y el poder en Inazuma. Su presencia infunde determinación y fuerza en nuestra nación, utilizando su control sobre el trueno para moldear nuestras vidas y garantizar un crecimiento continuo. Baal, conocida como Raiden Makoto, por su parte, es una leal aliada de Raiden Ei y se preocupa profundamente por el bienestar de los habitantes de Inazuma. Juntas, estas dos figuras desempeñan un papel crucial en el destino de nuestra tierra, guiando con su serenidad y habilidades. Raiden Ei y Raiden Makoto nos recuerdan que el poder y la estabilidad son valiosos, y que incluso las tormentas más poderosas pueden ocultar secretos sorprendentes.
Kusanali y Rukkhadevata
La Reina Mayor Rukkhadevata creó la selva de Sumeru y se sirvió de la Academia para compartir su conocimiento con el pueblo. Incluso tras su muerte, las leyendas de sus hazañas se escuchan con frecuencia en los hogares de la gente. Por el contrario, la Reina Menor Kusanali, a quien los sabios llevaron al Santuario Surasthana tras la partida de su antigua deidad, no es más que un símbolo de que la gracia divina aún ampara al pueblo de Sumeru. Mas aunque todos se preguntan quién es, cómo nació y qué clase de poder posee, muy pocos conocen la respuesta. Las respuestas evasivas de los sabios de la ciudad fueron calando paulatinamente en el pueblo, que olvidó por completo aguardar con paciencia para que el conocimiento de su nueva diosa descendiera sobre ellos.El Akasha, sublime legado que dejó la Reina Mayor Rukkhadevata, seguía en pleno funcionamiento y resultaba de gran comodidad para todo el mundo. Pero lo que la gente no sabía es que el Akasha también era los oídos y los ojos de la diosa recién nacida.